Las teorías conspirativas nos alertan pero también nos adormecen y conforman en cuanto a un mundo que resulta imposible cambiar porque está manejado. Desinformando, realidad alternativa, vuelta de tuerca, elucubración enfermante. Qué hay detras de ellas es lo que menos importa ahora. Escuchandolas uno comienza a sospechar de la verdad, de lo cierto, de le verosímil, de lo probable y de su madre. Y claro, si todos pueden ser lagartos, por qué no... William Campbell no puede ser Paul McCartney? No nos quepa ninguna duda, porque primero conspiro, luego existo.
Primera Parte
Segunda Parte